Así era la Indiana Jones de la comida mexicana

Aunque su origen era británico, llegó a ser una autoridad en materia culinaria de México. Así era Diana Kennedy, mejor conocida como la Indiana Jones de la comida mexicana.

Kennedy nació en 1923, en el condado de Essex, al este de Londres. Allí estuvo expuesta a lo que definió «buena comida, comida completa».

Sin embargo, no fue la comida de su país natal la cual la hizo famosa, fue por la cocina de su patria adoptada: México.

Llegó a recibir muchos premios y honores por su investigación, recopilación, divulgación y preservación de la cocina mexicana.

Entre esos reconocimientos, destaca la Orden Mexicana del Águila Azteca, la más alta distinción concedida a los extranjeros en México.

Pero, en el Reino Unido llegó a recibir, de manos del propio príncipa Carlos, la orden MBE (Miembro del Imperio Británico).

Era la pareja de un corresponal

Llegó, gracias a su trayectoria y a las simpatías que conquistó, a ser apodada «la guardiana de los chiles» y «la salvadora de la cocina mexicana».

No obstante, críticos, gastrónomos y otros chefs coincidieron en llamarla «la Indiana Jones de la comida mexicana», como se le conoció durante años.

Llegó por primera vez a México en 1957, como compañera de Paul Kennedy, corresponsal del diario The New York Times para México y Centro América.

Arribó al país con su nombre de origen: Diana Southwood.

Había conocido a Paul, con quien se casaría a la postre, en Haití en 1956, adonde Diana había viajado por puro capricho desde Canadá para vivir allí.

Paul Kennedy cubría en Haití las protestas antigubernamentales de esa época.

Ambos se enamoraron y poco después se comprometieron. Diana decidió seguirlo a Ciudad de México donde estaba basado.

Intrépida y osada por naturaleza

Después de su boda, la pareja vivió los siguientes nueve años en la capital mexicana. Fue en ese períodos cuando Diana se fascinó por la cocina tradicional de México.

Intrépida y aventurera a la par de su esposo, viajó por tierra miles de kilómetros hasta las aldeas más remotas para recopilar recetas.

Montaba en burro, si era necesario. Fue por esa naturaleza osada, que se ganó el apodo «la Indiana Jones de la comida mexicana».

Llegó a ser descrita por sus amistades como divertida pero feroz, inflexible y brillante.

Su legado seguirá vivo en el Centro Diana Kennedy, una institución educativa que creó en su casa en Michoacán, y que contiene su biblioteca de más de 750 libros.

El Centro Diana Kenndy también ofrece cursos de cocina mexicana y prácticas sustentables.

Murió el pasado 24 de julio, en Zitácuaro.

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