Ciudad de México es el paraíso del trabajo remoto para estadounidenses
Una nueva tendencia se desarrolla en Ciudad de México, y es que se ha convertido en el paraíso del trabajo remoto para estadounidenses.
Una oleada de extranjeros va a la ciudad no a admirar sus indiscutibles atractivos turísticos, sino a trabajar desde casa… y vivir barato.
A raíz de los efectos paralizantes del covid-19 y el aumento de la inflación mundial llegan más expatriados estadounidenses para quedarse.
Sin embargo, esta situación trae un nuevo problema para los mexicanos en su propia localidad.
Mientras más norteamericanos llegan, para establecerse en ese nuevo paraíso del trabajo remoto, más locales son expulsados.
Desalojados después de 54 años de trabajo
Es el caso de Sandra Ortiz, de 55 años, y su familia, desalojados de un edificio en la colonia Roma, donde atendían el restaurante de su familia.
Durante 54 años, la familia Ortiz manejó su negocio desde la planta baja del edificio de cuatro pisos, ubicado en una esquina concurrida.
Sin embargo, en los últimos años, la familia vio cómo cambiaba la comunidad que los rodeaba.
Una afluencia de extranjeros, en su mayoría de EE.UU, inspiró a los propietarios mexicanos a remodelar sus propiedades para acomodarlos mejor.
El arrendador de los Ortiz siguió la tendencia comercial. La familia trató de responder y mantener su espacio.
No obstante, después de una larga batalla legal, finalmente fueron desalojados en febrero de este año.
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Gastar en alquiler y crear un paraíso del trabajo remoto
«Llegaron y nos dijeron que teníamos cinco minutos para sacar todo”, recordó Ortiz, casi sin poder contener las lágrimas.
«Los precios son mucho más altos. Es difícil porque estos extranjeros vienen y tienen mucho dinero para gastar en estos apartamentos y alquileres», explicó.
Es así como la ciudad se está convirtiendo en un paraíso del trabajo remoto, especialmente para los estadounidenses.
«Pueden vivir en una casa o un departamento que es muy bonito y grande, crear una vida mejor”, explicó Bustos Gorozpe, doctorante de filosofía.
Igualmente, el experto lamenta «pero no es que haya interés en participar y entender la cultura local”.